RSE, la importancia de los facilitadores de responsabilidad
Con el nacimiento del instituto de Responsabilidad Social Corporativa, la palabra «responsabilidad» también ha sido de actualidad en el mundo empresarial desde hace algún tiempo. Muchas grandes empresas se refieren a él para resaltar su sensibilidad al tema. Sin embargo, ante la crisis estructural de nuestro sistema económico y productivo, es necesario redefinir el significado de la palabra responsabilidad e identificar las causas de su uso distorsionado también en el lenguaje actual.
Los últimos hechos vinculados a la crisis financiera mundial indican que la responsabilidad ciertamente no ha sido el centro de atención de las empresas, al menos no de todas. En efecto, bien se puede decir que en la base de este evento que ha sacudido y está sacudiendo el mundo económico y el mundo real de las personas, existía precisamente una práctica irresponsable a menudo programada, sin embargo tolerada por todo el mundo económico y productivo. Ahora tenemos que preguntarnos si aún será posible con el mismo esquema, con las mismas convicciones y lógica, enfrentar la crisis actual que todos dicen que es un sistema.
M. Porter y M. Kramer sostienen que la responsabilidad corporativa representa el futuro competitivo de la propia empresa. De hecho, afirman que «si … las empresas analizaran las oportunidades que tienen en el ámbito de la responsabilidad social, a partir de los mismos esquemas que rigen las elecciones relacionadas con su core business, descubrirían que la RSE puede ser mucho más que un coste, coacción o gesto caritativo; puede ser fuente de oportunidad, innovación y ventaja competitiva … ”.
La idea va ganando terreno de que «vale la pena» dar marcha atrás, tomar un camino largo y difícil. La irresponsabilidad (no responsabilidad) de muchas empresas está ahí para que todos la vean. Numerosos casos conocidos, en los últimos años (ILVA, ENRON, PARMALAT, LEHMAN BROTHERS, etc.), destacan la existencia de una práctica consciente, a veces deliberada, de la no responsabilidad, capaz de producir efectos en cadena negativos que se producen y que se reflejan particularmente en la sociedad. y sobre la vida real de los ciudadanos, de las personas. “Irresponsable es una empresa que, más allá de las obligaciones legales elementales, supone que no tiene que responder ante ninguna autoridad pública o privada, ni ante la opinión pública, respecto a las consecuencias en el ámbito económico, social y medioambiental”. De esta definición de Luciano Gallino se puede deducir que la empresa responsable no solo puede orientarse hacia los beneficios y los objetivos del mercado. Hoy se habla mucho de ética empresarial; quizás esta pueda ser una buena manera de ver el nacimiento de empresas más responsables en el futuro. Estamos todavía muy lejos, el camino será largo y no lineal, como quieren todos los procesos de rendición de cuentas, pero el hecho de sentar las bases para la medición de la responsabilidad corporativa me parece un buen comienzo, así como una necesidad.
La producción literaria sobre el tema ha aumentado significativamente en la última década. Los documentos oficiales producidos por la Comunidad Europea y los gobiernos para definir un enfoque de responsabilidad corporativa son sustanciales.
Es difícil decir dónde estamos hoy. En general, se puede decir que estamos ante un fenómeno que involucra a muchas empresas de forma irregular pero que no consigue convertirse en un orientador estratégico convincente. El tema suscita perplejidad, desconfianza y distanciamiento por muchos problemas que aún hoy siguen abiertos.
Para nosotros, un punto en particular crea perplejidad. Uno se pregunta cómo es posible que una empresa pueda rendir cuentas al mundo exterior si quienes trabajan allí (en todos los niveles) no actúan de manera responsable y consciente. ¿En qué medida el ser considerado una empresa responsable dependerá del comportamiento de las personas que operan en la empresa a todos los niveles? Cabe destacar que en los documentos oficiales de muchas empresas casi no se indica nada en relación al problema de cómo se puede responsabilizar el comportamiento de las personas que laboran en la empresa. A menudo nos basamos solo en información y declaración de intenciones, en algunos casos formación / información sobre RSE. No basta con impulsar cursos de formación que se refieran a la RSE para lograr el empoderamiento de las personas. Como resultado máximo se obtendrá una conciencia, no un comportamiento responsable, ni siquiera social. No será la amenaza de la sanción lo que evitará un comportamiento irresponsable; no será un control para garantizar la responsabilidad social empresarial.
Quizás sea necesario desarrollar una cultura de gestión de personas orientada en este sentido si se quiere superar el hecho exquisitamente burocrático de la certificación. Para la responsabilidad corporativa es necesario intervenir sobre algunos factores organizativos:
- la identificación y elección de una norma RSE,
- sostenibilidad, entendida como una estrategia corporativa de responsabilidad (más que solo rentabilidad);
- políticas destinadas a gestionar a todos los interesados;
- prácticas de comportamiento que ayudan a las personas a cambiar;
- desempeño centrado en los efectos y no solo en los resultados;
- herramientas y procesos de gestión innovadores (Carta de efectos, Capacidad de responsabilidad, etc.);
- una política de gestión de personas, que ve la gestión de RRHH centrada en la responsabilidad total.
En casi todas las empresas sensibles al tema de la Responsabilidad Social Corporativa los recursos humanos se consideran «elemento fundamental» e indispensable para el éxito de la empresa.
Se trata de una conciencia que ha madurado durante años en todas las grandes y medianas empresas y que ha impulsado la idea de potenciar el capital humano a través de políticas dedicadas, herramientas de diagnóstico y actividades de desarrollo adecuadas que los expertos en la rama conocen y que las empresas citados anteriormente y otros, demuestran que se utilizan de forma muy seria. Las herramientas y procesos de desarrollo profesional aparecen en los protocolos de RSE y Sostenibilidad, pero no herramientas para hacer más responsable o totalmente responsable a sus recursos humanos en todos los niveles.
La responsabilidad, para estar garantizada, necesita estándares, indicadores y protocolos, pero más aún necesita facilitadores de responsabilidad, personas que actuando con responsabilidad permitan que la empresa sea considerada una empresa responsable. Habrá que trabajar en el cambio de la cultura organizacional de los sujetos que operan en la empresa, en el cambio de su comportamiento, en sus cualidades personales, para poder esperar un comportamiento responsable, de lo contrario nos quedaremos dentro de la perímetro de una filantropía disfrazada de códigos, estándares y normas que tendrá el yo solo merezco ser mostrada cuando sea necesario y ser declarada como una buena guía / orientación de la empresa, y nada más.