Creando la Vocación para la Empresa
¿Ser emprendedor es una cuestión de talento o de método?
Hay diferentes escuelas de pensamiento al respecto: hay quienes piensan que el emprendimiento es una vocación, y quienes creen que se puede aprender con estudio y experiencia.
¿Qué significa realmente tener «vocación» para la empresa y cuáles son las estrategias emprendedoras más efectivas para dar un impulso a tu negocio?
No es fácil encontrar una respuesta unívoca: como suele ocurrir en estas situaciones, la verdad no solo tiende a quedarse en el medio, ¡sino que también es bastante variable con respecto a los casos individuales!
Por supuesto, el emprendedor necesita ciertas habilidades para afrontar con éxito el mercado contemporáneo.
Pero ¿podemos hablar también de una verdadera «vocación» por el emprendimiento?
La idea del emprendedor como personalidad incansable, creativa y volcánica sugiere un personaje, cuyo camino en la vida no podría haber sido diferente ya que «nació para ser emprendedor».
Esta visión tiende a resaltar una versión bastante ficticia de hacer negocios, por lo que para lograr un negocio exitoso sería suficiente seguir la inclinación personal, la gran pasión, si queremos definirla, y confiar en el talento emprendedor.
En su versión más fundamentalista es un enfoque arriesgado, ya que sugiere que el espíritu emprendedor es suficiente para afrontar todos los retos que puede encontrar una empresa.
La versión anterior se opone, por tanto, a la idea de que “hacer negocios” con éxito implica seguir metodologías y modelos precisos y estudiados, que se pueden aprender como competencias profesionales e infalibles desde el punto de vista de los resultados.
Esta visión empresarial enfatiza la necesidad de que el emprendedor esté preparado también en temas distintos a los aspectos puramente técnicos de su sector. Sin embargo, el mundo del emprendimiento no se compone solo de teoría, ¡al contrario!
El equilibrio entre pasión y método
Ambas versiones tienen importantes deficiencias: el primer enfoque, basado únicamente en la pasión e inspiración del emprendedor, carecería de eficiencia y estructura.
El segundo, en cambio, basado únicamente en el estudio y el método, carecería de originalidad e impulso innovador.
Por lo tanto, el ideal es claro: construir el equilibrio adecuado entre pasión y método, ¡este es el verdadero «talento» de la empresa!
Pero ¿Cómo iniciar un enfoque equilibrado que integre la pasión y el método para darle un engranaje extra a nuestro negocio?
Pasión, el motor de la innovación.
La empresa siempre nace de una idea: gracias al empuje de la pasión y la actitud emprendedora, esta idea podrá crecer y convertirse en un negocio.
Pero en un mercado competitivo, ¡la pasión por sí sola no puede ser suficiente para llevar una empresa al éxito!
Por supuesto, la pasión y la actitud son el motor de la innovación y la originalidad, pero quienes confían únicamente en su «instinto emprendedor» corren el riesgo de carecer de organización y coordinación. Para que una empresa crezca seriamente en el mercado, siempre se necesita la cantidad adecuada de control y método. Esto no significa que sea necesario encauzar el espíritu emprendedor en esquemas rígidos y modelos estandarizados: lo que necesitamos son, de hecho, pautas simples para armonizar nuestra mentalidad con las necesidades del mercado , ¡en beneficio de nuestro negocio!
En conclusión, el emprendedor con verdadera «vocación» para el negocio es el que logra combinar pasión y control, dos conceptos que sólo en apariencia son antitéticos. Coordinando estos dos aspectos fundamentales del emprendimiento, es posible orientar el crecimiento de la empresa y aprovechar al máximo las herramientas y habilidades necesarias para gestionarla mejor en todas sus fases evolutivas: ¡desde sus orígenes hasta el éxito internacional!
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